El cm2 de la pintura, es un autorretrato donde la autora busca encontrarse consigo misma, acogida por esta obra con infinitas posibilidades de montaje, en movimiento, vulnerable, expuesta en una performance donde vende el cm2 de la pintura a un precio fijo, en una feria donde se venden cualquier cantidad de objetos y obras. Donde no hay curaduría, escapando un rato de lo institucional, sentándose en la multitud para sentirse frágil.

La performance depende de los visitantes; de que quieran adquirir obra y cortar un fragmento. En ese acto Martina constituye una nueva identidad, la obra cambia de forma, instaura un coleccionismo colectivo. Varias personas adquieren fragmentos, que quitados de contexto tienen su propia identidad, la que construyó el que seleccionó esos cm2. 

Al mismo tiempo Servio continúa trabajando sobre la obra, cosiendo los espacios vacíos. La tendencia del vacío a llenarse y mutar, temática que aborda en toda su producción, repercute directamente sobre esta performance que reconstruye y muta en un autorretrato sensible a quien lo adquiere, a quien aporta. Cómo cortar su propio cuerpo/identidad para seguir mudándose de piel en el tiempo.